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15 de noviembre de 2010

Un empujoncito aquí, un empujoncito allá

El encabezado de nuestro blog

Esta es la imagen completa de la fotografía que sirve de fondo para el encabezado de nuestro blog.
Allí vemos a los chicos: Alfredo, Emilio, Manuel, Isaías, Jeffo, entre otros, tomándose un ligero descanso  junto a la “Santa Isabel”
¿Por qué descansan? Como ven en la siguiente secuencia de fotos, trataban de varar el peñero en la orilla de la playa. Empujoncito, tras empujoncito, tras empujoncito…  ¿La recompensa? Una comilona en casa de José.

Empujoncito tras empujoncito
Fotografías tomada por:  Mathieu Asselin

10 de noviembre de 2010

Santa Isabel número uno; Santa Isabel número dos



Momento en el que se botó al mar el peñero "Santa Isabel" en 1995

En 1995, en Río Caribe, dos hombres muy conocidos en este blog (Manuel Sánchez e Isaías) estaban construyendo un peñero de "9 metros de eslora y 2 metros con 94centímetros de manga" que iba a llevar por nombre "Santa Isabel". El primer zarpe oficial de “Santa Isabel” fue el 11 de marzo de 1996, apenas a unos meses de terminado y entregado.

Transcurrieron 15 años y, con motivo de la realización de “Erase una vez un barco”, decidimos construir otro peñero que conservara el espíritu de ese primer “Santa Isabel”; una embarcación que, como todas, tiene una historia digna de escuchar.

En nuestra película podrás descubrir la importancia de este peñero para la película y conocer más sobre la historia del “Santa Isabel”

5 de noviembre de 2010

Ese barco encalló en mi corazón

Como ya dije en la entrada del 19 de agosto: "Erase una vez... (Parte 3)", el largometraje documental está en la etapa de post-producción.

Les traigo esto a colación porque, siendo parte de y sintiendo a Cine Seis Ocho como mi segundo hogar, tuve la oportunidad de tener una especie de pre-estreno  (digo "especie de" porque llegué y dije: "quiero ver la peli" y me dijeron "¡mírala pues!")

...

Me quedé sin palabras. Es un documental que enseña, que muestra otra faceta de Emilio Lovera, pero que a la vez logra conectarte de una manera íntima con los carpinteros que conoces en el largometraje. Me reí, lloré, escuché a Cecilia Todd, se me antojaron comer arepas en comilona... ¡tantas cosas juntas!

Alfredo logró, como con "El Misterio de los ojos Escarlata", hacer un documental redondo, donde nos cuenta una historia, nos da información nueva e interesante y además te deja con ganas de más.

P.S.:
Esta entrada la monto sin su permiso, ni lectura previa, ni correcciones... Por eso la hago a título personal. Y es que me salió del corazón