Como ya dije en la entrada del 19 de agosto: "Erase una vez... (Parte 3)", el largometraje documental está en la etapa de post-producción.
Les traigo esto a colación porque, siendo parte de y sintiendo a Cine Seis Ocho como mi segundo hogar, tuve la oportunidad de tener una especie de pre-estreno (digo "especie de" porque llegué y dije: "quiero ver la peli" y me dijeron "¡mírala pues!")
...
Me quedé sin palabras. Es un documental que enseña, que muestra otra faceta de Emilio Lovera, pero que a la vez logra conectarte de una manera íntima con los carpinteros que conoces en el largometraje. Me reí, lloré, escuché a Cecilia Todd, se me antojaron comer arepas en comilona... ¡tantas cosas juntas!
Alfredo logró, como con "El Misterio de los ojos Escarlata", hacer un documental redondo, donde nos cuenta una historia, nos da información nueva e interesante y además te deja con ganas de más.
P.S.:
Esta entrada la monto sin su permiso, ni lectura previa, ni correcciones... Por eso la hago a título personal. Y es que me salió del corazón
5 de noviembre de 2010
Ese barco encalló en mi corazón
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